El Peronismo en Salto

Un 17 de Octubre de 1945


El peronismo en Salto ha sido copado por sus enemigos


Entretelones de la más hábil maniobra política cumplida aquí.

La vieja sentencia de “la tercera es la vencida” ha cristalizado en la lucha antiperonista que se realiza en nuestro pueblo, luego de los dos infaltables fracasos en la intención de copar por dentro el movimiento de reivindicación social. La primera vez escapó del peligro el peronismo porque faltó decisión a un jefe radical al que se le propuso la maniobra. La segunda, faltó por expulsión del doctor Ricardo Belmartino.

Pero en la tercera, los adversarios de la revolución han obtenido un triunfo sensacional, gestado por un político salteño que ha demostrado en ella una capacidad que se le desconocía.

El lector recordará que hace unos meses circuló con insistencia una versión que a primera vista pareció una exageración propia del fanatismo político. Se decía entonces: “el próximo intendente será conservador”. A nosotros no nos pareció tan simple la explicación, máxime cuando nos enteramos que el que pronunció primero la frase era nada menos que el presidente del Partido Demócrata local, Dr. Antonio S. Belmartino, quien, por razón de su cargo, de su inteligencia y de su continuo contacto con el público está al tanto de la realidad de su partido como de las otras entidades, por lo que no se haría ilusiones infundadas.

Divida por dos...

Un amigo le señaló al Dr. Belmartino que no creía posible eso porque los peronistas tenían dos mil votos y dos mil seiscientos los radicales. El jefe conservador se limitó a contestarle. “Divida por dos cualquiera de esas cantidades y recuerde que nosotros en elecciones comunales contaremos con unos mil cien votos”. ¿El incrédulo amigo siguió “¿Los radicales ya están divididos en "Montistas" y "Migliaristas", pero los peronistas?”.

--De esos me encargo yo!
Y el Dr. Belmartino ha cumplido su promesa. Había que crear la división en el peronismo y como hay dos legisladores de esa tendencia la cosa no resulta imposible. En primer momento el diputado Rapola es demasiado pequeño para oponerlo a su jefe el senador Salaverry que cuenta con la casi totalidad de los sufragios primeros. Hay que crearle por lo tanto ambiente y cargarle a Rapola. Recuerda el hábil médico lo que dijo Hitler: “Una mentira repetida seiscientas veces se transforma en una verdad” Y se comienza por mentar a Rapola. Documento 'panfleto' año 1951 Al principio, la gente se ríe. Pero la bola va tomando cuerpo. Belmartino es amigo íntimo de Tornatore, que fue concejal septembrino. También del señor Errecarte, que “legalizaba” el fraude conservador, de quien es médico de cabecera. A ambos les hace notar que tendrán más porvenir político con Rapola que, como es mas chico lo pueden eventualmente eclipsar. Los dos tragan el anzuelo y se prestan a la obra. Por otra parte, piensan ¿que vamos a perder si fracasamos?

Como la afiliación “Rapolista” no marchaban muy bien que digamos, Belmartino le “presta” hombres de confianza para hacer número y le sugiere que hablen a comerciantes, colonos y ladrilleros que están descontentos por los altos salarios que deben pagar, y les propongan inscribirse en el peronismo para ayudar en la elección interna a derrotar el "Salaverrismo" que es demasiado obrerista. Así frenarían luego la S. de T. y Previsión y los sindicatos obreros.

La inteligente formula da inmejorable resultado pues la gente tiene natural inclinación al sabotaje.

Cientos de antiperonistas se han infiltrado así en el partido oficialista para ayudar a Rapola. Invitamos al Partido Peronista a que publique la lista de afiliados, para comprobar la actitud de cuanto afirmamos. El partido se partirá en dos. Pues el “Rapolismo” aunque pierda la elección interna se llevará bastante gente con él, que no apoyará la fórmula peronista.

Así lo declara terminantemente el propio diputado Rapola.

El peronismo afilió 2.460 ciudadanos. De los que deben contarse para la elección interna solo 2.000, porque 300 fichas son repetidas y 160 serían anuladas.

Cualquiera sea el resultado de la elección, se ha cumplido el plan de dividir el partido mayoritario. El Parido Demócrata con sus 1.100 votos, puede muy bien ganar las futuras elecciones municipales.


Nota: En 1951 en nuevas elecciones, Juan Domingo Perón es reelecto como presidente y Carlos Aloe gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
En Salto gana el radicalismo con el farmacéutico Victorio Migliaro, quien asume como Intendente Municipal el 1º de mayo de 1952.



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