Museo Rincón de Historia

La Plaza San Martín, corazón de la vida cívica y social de la ciudad, atesora una rica historia que se refleja en sus transformaciones a lo largo de los años. Desde sus humildes comienzos como "Plaza Principal" hasta convertirse en el emblemático espacio que conocemos hoy, cada rincón cuenta una parte de la memoria colectiva.

Los Primeros Pasos: De "Plaza Principal" a Espacio Protegido (Siglo XIX)

Originalmente conocida como Plaza Principal, sus primeros días estuvieron marcados por la sencillez. Ya en 1859, se registra la colocación de un hilo de alambre en su circunferencia para resguardar los postes plantados. Un año después, en 1860, se instó a los propietarios de edificios circundantes a construir veredas, delineando así su perímetro.

La necesidad de proteger el incipiente espacio verde de los animales sueltos, especialmente los caballos de la Comisaría, llevó a que en 1862 se realizara una colecta pública para adquirir una cadena que reemplazara el alambre. Aunque lo recaudado no fue suficiente y la Corporación Municipal debió cubrir el resto, este hecho subraya el temprano interés de la comunidad por su plaza. Durante este periodo, se niveló el terreno, se plantaron árboles y se instalaron faroles en las cuatro esquinas. Un dato curioso es la aceptación de la oferta de Carlos Greppi para plantar árboles sin cargo, a cambio de permitirle vender frutas en una de las esquinas.

En 1865, los vecinos contribuyeron construyendo bancos, a los que la Corporación sumó cuatro más, y se mejoró la iluminación con cuatro faroles a mitad de cada cuadra. Un hito importante llegó en 1873 cuando, bajo la gestión del Juez de Paz Juan J. Isleño (quien ejercía funciones de Intendente), se delineó y arboló la plaza con magnolias y cedros de la India, aunque estos últimos serían derribados en 1931. Dos años más tarde, en 1875, se emprendió una nueva remodelación con planos del Sr. Pablo Scolponi (quien también diseñó el templo local) y se construyó una fuente central gracias a una suscripción popular, obra dirigida por el Ingeniero Martín de Arrecifes.

Un decreto del 19 de octubre de 1891, firmado por el Intendente Interino Alejandro F. Gil, prohibió a los niños jugar con barriletes o "pandorgas" en las plazas, una anécdota que refleja las normativas de la época. En 1899, la plaza contaba con cuatro grandes canteros cerrados con alambre tejido, llenos de plantas distribuidas irregularmente, rodeando la fuente central.

El Siglo XX: Transformaciones y Modernización

El cambio de siglo trajo consigo nuevas figuras y mejoras. Entre 1901 y 1911, y nuevamente desde julio de 1913, Don Cayetano Camurri se desempeñó como jardinero municipal, dejando su impronta en el cuidado de la plaza. Una foto de alrededor de 1905 lo muestra orgulloso junto a su obra jardinera. En 1911, se colocó un "cordón de piedra" alrededor de la plaza para distinguir la vereda de la calzada.

Una imagen del 9 de octubre de 1914 nos muestra la plaza en plena primavera, con árboles frondosos, canteros con diseños florales (incluyendo dos corazones) y una columna sosteniendo la nueva iluminación eléctrica. El placero, apoyado en su escoba, completa la escena costumbrista. Durante este periodo, se levantaron las veredas para construir nuevas a nivel, se instaló una red subterránea para la corriente eléctrica y cañerías para riego. Se invirtieron $25.000 en la modernización, que incluyó la compra de bancos de cemento y madera. Los mosaicos retirados en buen estado fueron reutilizados en la calle principal del Cementerio.

Una magnífica toma aérea de los años '20, comercializada por Casa Filippone, muestra la plaza aún con sus palmeras, que posteriormente serían trasladadas a las orillas del río Salto. Estas palmeras habían sido plantadas el 8 de septiembre de 1899, siendo Comisionado D. J. Sierra.

La gran modernización llegó en 1939. Se contrató a la firma Luis Constantini para confeccionar un nuevo plano. De las plantas existentes, solo se conservaron las de la fila exterior, plantándose tilos en lugar de la hilera interior. Las cuatro palmeras fueron abatidas. Los trabajos estuvieron a cargo del jardinero Camurri, secundado por los obreros Casimiro Villalobos, Fermín Gallegos y el ex sargento Farías.

En marzo de 1952 se inauguró el mástil. El monumento a la Madre, una obra de la artista Mónica Galcerán (quien tenía solo 25 años al esculpirla), fue inaugurado el 31 de julio de 1966, como parte de los actos conmemorativos del Sesquicentenario de la Independencia Argentina.

Posteriormente, se sumaron otros hitos conmemorativos: en 1972 se erigió el Hito Nº 6 de la Argentinidad por iniciativa del Sr. Gumercindo Roldán. En 1980, con motivo del cincuentenario de la Primera Presentación de la Banda Municipal de Música, se descubrió una placa en honor a su primer maestro, D. Francisco De Cicco, ubicada en un pedestal sobre el lado paralelo a la calle Aristóbulo del Valle. Finalmente, sobre el lado paralelo a la calle Buenos Aires, se colocó una placa recordatoria al soldado Walter Almirón, combatiente en Malvinas en 1982.

La Plaza San Martín no es solo un espacio verde; es un libro abierto que narra la evolución de la ciudad y el esfuerzo de sus habitantes por embellecer y dar significado a su entorno. Cada árbol, cada sendero y cada monumento son testigos silenciosos de una historia que continúa escribiéndose.